Redacción. – AGRO21 Comunicación Rural

 

Historias rurales: Gabriel de la Torre empezó a comprar toros sementales y ahí cambia la historia del ganado corriente al fino y es cuando descubre la importancia de la genética ganadera

Gabriel de la Torre Barba es un ganadero que fue atrapado por la magia del Angus, aunque su familia siempre fue ganadera en las razas de cada de sus ancestros, a él le atrapó el atractivo de este ganado.

Tiene 28 años de haber egresado de la carrera de Médico Veterinario Zootecnista y de su enlace matrimonial con Adriana de la Torre, nacieron sus hijos Juan Pablo, César y Santiago.

Su ganadería la tiene en el rancho la Ilusión en lo que es la Hacienda La Llave, en Valle de Guadalupe que, en tiempos pasados, llegó a tener una superficie de 16 mil hectáreas.

Antepasados. Gabriel señala que su bisabuelo Gabriel, su abuelo Gabriel y su padre Manuel, fueron ganaderos con más afición por los caballos. Incluso sus hermanos tenían esa misma afición. Don Manuel, llegó a ser Campeón Nacional de Manganas a Pie en 1968 cuando pertenecía a la Asociación Charros de Tepa. “Sin embargo, recuerdo que en la hacienda siempre hubo ganado”.

Fue don Manuel, quien cambió la historia de la ganadería en «La Llave», cuando le adquirió un semental «Simmental» a Felipe Barba Álvarez, primo hermano de la mamá de Gabriel.

Al cruzar este semental con las razas cebuínas que en aquel tiempo se tenían, elevaron el peso del becerro al destete en alrededor de 50 kilos, al pasar de 140-150 kilos con los cebús, a 200-210 en las primeras «F1», con edades de seis meses.

«Ahí se empezó a generar dinero y en aquel entonces, la hacienda todavía no se dividía; la trabajaba mi abuela y mi papá la administraba con alrededor de 350 cabezas de ganado. Había con qué comprar sementales, porque el toro no pasaba de dejar unas 30 a 35 crías al año. Y se veía la diferencia», platica Gabriel.

Gabriel, el ganadero. La inquietud de hacerse ganadero deriva de sus trabajos como coorganizador de la Expo Ganadera de Valle de Guadalupe ya que en 2012 se empezó mostrar animales de alta genética en un espacio para que todos pudieran ir a admirarlos.

Esto lo motivó y reforzó su deseo de ser ganadero: «¡Como que no! Tanto trabajar y no traer algo para exponer… se me hacía motivador y quería hacer algo». Y arrancó adquiriendo 10 vacas Angus de registro a un ganadero de Lagos de Moreno con algunas recién paridas y otras cargadas… «así empecé un proyecto diferente», recuerda, y ahora su desarrollo ganadero lo realiza en el rancho La Ilusión, en el Alto San Joaquín de Valle de Guadalupe. 

Con el consejo de su familia, se inclinó por adquirir semen de sementales de registro, buscando que fueran de toros de rendimiento y de calidad. Su cometido es que quien le compre sus becerros, se den por satisfechos. Ya sea el que los compra para cebarlos, que vea que la ganancia de peso y la conversión alimenticia que desarrollan y que den dinero. Mientras el que los compra para pie de cría, quede convencido de que realmente le dé becerros de calidad.

«Ya es nuestra labor, ser vanguardistas en la genética, traer de lo mejor que encontremos. Hemos comprado hembras en subasta y estamos en proceso de meter semen mejorado. Creemos que hay buenos toros argentinos que pueden ayudarnos a crecer nuestro hato con calidad y estamos observando sementales de Canadá y Estados Unidos que van a ayudar a crecer la calidad genética y ser más competitivos en el gremio de los anguseros», expresa.

Para Gabriel de la Torre, pertenecer a CRIALTOS, www.crialtos.com es tener prácticamente todo: es tener ganado de registro, estar en el medio y tener una asociación que avala que eres un productor que tiene calidad genética.

«Se tiene una muy buena relación entre los socios y considero que es una asociación donde las cosas se hacen bien y en la que se busca la manera de mejorar la carne de consumo para la población».

«La asociación tiene un punto muy especial, muy particular: es que somos productores de alta calidad genética para los productores de todo el mundo. Quien guste venir a comprar embriones o semen, CRIALTOS tiene la capacidad de venderle a todo mundo».

 “Empecé a comprar sementales y ahí cambia la historia del ganado corriente al fino y es cuando observo la importancia de la genética. Cuando aprendemos a hacer unos cruzamientos, con razas puras, el hibridismo, viene el resultado final; es ahí donde se ganan kilos”.