OPINIÓN

Urge un mayor cuidado para proteger a los polinizadores: especies de abejas melíferas

 

Por Felipe Becerra Guzmán y Roxana Espinoza Rubio

Hablar de abejas que producen miel, nos lleva a pensar en la gran diversidad de insectos polinizadores, estos maravillosos animalitos que visitan diferentes flores y llevan el polen de una flor a otra flor, generando la fecundación de las flores y generando nuevos y mayores frutos vegetales.

 

Pensar en los polinizadores, también hay que mencionar a los murciélagos en las pitayas, pájaros como los colibrís en las orquídeas, en los escarabajos, las mariposas, los abejorros y una gran diversidad de familias de abejas; más de 20,000 especies que van desde los 2 mm hasta abejas de 4 cms de longitud y son muy diversas en su morfometría.

 

En cuanto a su estructura social, la mayoría son abejas solitarias, en la que vive sola la hembra y hace su nido donde almacena reservas para sus larvas, como las Euglossini, o abejas de las orquídeas. Las abejas semisociales, las que forman comunidades de pocos individuos de 3 a 15 individuos como los abejorros, y otros grupos con unos cientos de individuos como las avispas. 

 

Las abejas sociales, entre las que se encuentras las abejas tropicales como las Meliponas, las Lestrimelittas, las Trigonas, cuyas familias se componen de 3,000 a 5,000 individuos y las abejas eusociales la abeja común que conocemos -Apis mellifera-, vive en grupos de 80  a 130 mil abejas por colonia.

 

Buscando entender un poco más por qué las abejas producen miel, descubrimos que las flores y las abejas han generado especializaciones muy minuciosas, las plantas tienen colores para atraer a los insectos y les dan una gotita de néctar como premio por su visita, pero la abeja para completar su carga de néctar requiere de visitar unas 50 flores, y así en su cuerpo transporta ese polvito amarillo que es el polen -gameto masculino- y lo va dejando en otras flores llevando a cabo así la fecundación de las flores -la polinización-. 

 

Y al estudiar un poco más encontramos que las flores se ha especializado para ser atractivas a los polinizadores, de ahí los diferentes colores de los pétalos, aromas que actúan como atrayentes; el néctar cuenta con un sabor y olor que estimula a las abejas a visitar más flores y así vamos descubriendo nuevas cosas, que permiten a los insectos visitar las flores, ellas polinizan, las plantas darán más frutos y las abejas llevan a sus colonias un líquido viscoso dulce llamado néctar que van a biotransformar en su buche melario en la miel que almacenan en sus panales

 

En el caso de los que trabajan con la abeja común o melífera -que es la que guarda más miel- los apicultores extractan la miel de los pañales para ponerla en nuestras mesas.

 

A lo largo de los años, las abejas y muchas plantas han coevolucionado para beneficiarse mutuamente en su supervivencia. Las abejas melíferas bajo manejo en apiarios son las polinizadoras principales de cultivos comerciales, pero especies de abejas silvestres también fungen como polinizadoras. Se deberá tener cuidado para proteger a los polinizadores y no exponerlos a plaguicidas.

Abeja cubierta de granos de polen

La abeja melifera

 

Abejorro

Abejorro

 

Abeja solitaria

 

Abeja solitaria

Abejas del género melipona

Nido de abeja melipona