LOS PROYECTOS RURALES

LA RUTA DEL LAGO:  En la ribera de Chapala se cultivan uvas para elaborar vino 

 

La visita y entrevista con Gerardo Torres

 

En el corredor Jocotepec a Tizapán, sigue el crecimiento del establecimiento de plantaciones de vides para elaborar vinos. En San Luis Soyatlán ya se conoce como la nueva Ruta del Lago en la ribera sur del vaso lacustre de Chapala, Jalisco, México.

 

Esta zona despunta por su creciente agricultura de berries. Al cultivo de las frambuesas y arándano, se suma la uva que ha sido introducida por gente de la localidad y de Guadalajara, como Serapio Ruiz, Silvia Pensky, Cristina Castañeda, Lupita Ruiz, Rafael Vargas e Ignacio Pastrana que han incursionado en la producción de vino de alta calidad que ya atrae al enoturismo e inversiones.

 

Al igual que ellos, en la finca La Estramancia, rumbo a Tuxcueca, también Gerardo Torres y Ana María Menchaca con sus hijos Ana Sofía, Alejandro e Iván impulsan el cultivo de uva y produciendo vino. 

 

Gerardo, sin imaginarse hace algunos años que estaría en esta atractiva actividad, dice a los lectores y seguidores de redes sociales AGRO21 que esto nació por un sueño. ”En 2008 viajé a Alemania y recorriendo el rio Rin donde se observan campos de vides, se me grabaron muchas escenas y paisajes. Unos días después, hablé con mis amigos y les dije: ¿qué creen que soñé anoche?… soñé que el cerro y todo mi terreno a bordo del lago estaba sembrado de uva”

 

A los 15 días que regresó a México y al estar buscando un terreno en la parte alta del cerro para proponer y construir un convento religioso, se encontró que el propietario era Serapio Ruiz un agricultor que trabajaba en Estados Unidos y que venía constantemente. Platicó con él para decirle de su interés por un terreno para el convento.

 

En la plática con Serapio para ver lo del terreno mencionado, surgió lo de su trabajo en California que era  injertador de uvas desde hace más de 30 años en el valle del Napa en California. “Al decirme eso, le cuento mi sueño, me da una palmada y me dice: se me hace que usted y yo estamos igual de locos. Me llevó a un terreno donde tenía apenas 35, 40 plantas de investigación de la uva”.

 

 

 

“Cuando yo le comenté, oiga Serapio, ¿en mi terreno se darían las uvas? Dijo, claro que sí y me regaló 100 plantas madre y me  injertó las primeras uvas”. Serapio es pionero que realizó pruebas durante 15 años en la zona para detectar las variedades de uva que más se adaptaban al clima de la región. Actualmente, su viñedo en San Luis es una muestra palpable de lo que se puede hacer.

 

 

“Y así empezamos, hasta ahora tenemos 7000 plantas en producción en tres variedades básicas que son malbec, tempranillo y syrah y otras dos, una de tinto y de blanco en fase de crecimiento”. Ha sido un sueño que hemos podido ir cumpliendo. Tenemos 5 años produciendo vino con marca”. 

 

“Aquí en la finca, desarrollamos la uva con cuidados rigurosos, hacemos la vendimia y la mandamos a Querétaro a vinificar a Freixenet, una planta muy profesional que hacen millones de litros de vino al año. Afortunadamente tenemos el respaldo de un reconocido enólogo catalán Lluis Raventos y del ingeniero agrónomo Trinidad Jiménez, que nos ayudan a manejar el viñedo”.

 

 

PARA SABER: Esta región de la ribera sur, es zona que, como todo, el trabajo agrícola es un trabajo arduo. Depende de la lluvia, de diversos factores; Aunque Gerardo dispone de riego, el exceso de lluvia perjudica a cualquier cultivo, tiene un clima noble y permite sacar las uvas adecuadas para las características que requieren los vinos; busca hacer vinos fortificados y a lograr un vino con presencia, además de que el manejo del viñedo le lleva a eso, a tener buenos vinos, independiente de tener mejores uvas o plantas. Con un buen manejo,  aereación  y fertilización correcta, un manejo consistente de  prevención de plagas, está logrando los resultados buscados.

 

Gerardo Torres lo dice: Nunca me ha bajado el ánimo. Cuando haces las cosas por un ideal, cumples día a día las metas y creo que vamos bien, aprendes de todo lo que ello implica”.

 

Serapio Ruiz, un conocedor de las plantas viníferas, dice que en la viña la Estremancia hay un valor agregado a la tierra y mientras se lo den, van caminando y después vas al siguiente ciclo, la vinificación.  Ellos, Gerardo y su familia, empezaron a generar un valor en la tierra. La gran característica de la vid es que el terroir de las plantas es diferente; lo que hacen es diferente a lo que hace su vecino; a final de cuentas la vinificación es diferente para cada quien.