La Polinización y el aguacate

 

La polinización es el proceso mediante el cual el polen viaja desde las anteras (parte masculina) de una flor hasta alcanzar el estigma (parte femenina). Existe polinización por viento, por agua y por insectos polinizadores.

 

En México se reporta que hay 316 especies de plantas que se cultivan de manera cotidiana, de las cuales 286 se destinan para la alimentación y 80 como insumos para el vestido, la vivienda o como especies ornamentales. 

 

De las plantas que se usan para la alimentación, los humanos consumen el fruto o la semilla de 171 especies; de éstas, 80% depende de un polinizador para su producción.

 

El valor económico de los insectos polinizadores es sencillamente incalculable. Sólo en Estados Unidos se estima que los aproximadamente cien cultivos diferentes que requieren imprescindiblemente de la acción polinizadora generan un valor superior a los 20 mil mdd anuales. En la Unión Europea se estima que esta generación de valor supera los 15 mil millones de euros anuales.

 

El aguacatero es un árbol que depende de la polinización cruzada, ya que presenta flores hermafroditas, lo que significa que en una misma flor presenta el estado femenino y masculino en diferentes momentos del día. Primero madura la parte femenina y posteriormente, la parte masculina comienza a producir polen.  

 

En el Hass, las flores se abren en estado femenino por la mañana y se cierran por la tarde, para abrirse de nuevo en estado masculino la tarde del día siguiente. Este complejo mecanismo de alternancia de sexos evolucionó a favor de la polinización cruzada, para mantener la heterogeneidad de la especie. 

 

En ocasiones se presenta un traslape de las fases masculina y femenina, algunos sugieren que, por la cercanía de las flores, el viento puede polinizarlas. Sin embargo, estudios científicos han de mostrado que la polinización por el viento es casi nula y aquellas flores polinizadas no cuajaban en fruto completamente desarrollado.

 

Estudios han identificado que la polinización del aguacate se debe principalmente al trabajo de insectos silvestres. Se ha determinado que sólo un 30% de los insectos polinizadores capturados en huertas de aguacate pertenece a especies denominadas como abejas. 

 

Además, algunos autores sugieren que el aguacate, siendo una especie nativa, coevolucionó junto con insectos propios de América, como algunas especies de abejas Meliponinae y la avispa Brachygastra mellifica, y no con la introducida abeja melífera.

 

Diversas investigaciones científicas han llegado a la conclusión que las poblaciones de polinizadores están disminuyendo de forma tan alarmante que al fenómeno se le denomina la “crisis global de polinizadores”. Se cree que las principales causas de la disminución de las poblaciones son el empleo de pesticidas en la agricultura y la pérdida de bosques y selvas que son hogar de especies de polinizadores silvestres.

 

El uso inadecuado e inmoderado de productos agroquímicos reduce la diversidad y abundancia de plantas y de los polinizadores que estas sustentan. De igual forma si los pesticidas no son empleados de forma adecuada pueden resultar mortales para los insectos polinizadores. 

 

Los servicios naturales de polinización están decreciendo en diversas partes del mundo por una menor abundancia o diversidad de polinizadores (por ejemplo, por extinción local o mundial de especies). Esa disminución se debe en parte a la pérdida de hábitat natural debido a circunstancias como la deforestación y la homogeneización del paisaje agrícola. La destrucción de ambientes naturales elimina plantas que proveen alimento a los polinizadores, además de sitios adecuados para su nidificación y procreación.

 

Dado que muchos polinizadores tienen nidos fijos en tierra o en troncos, en sitios naturales o seminaturales, y que su vuelo les significa gasto de energía, comúnmente prefieren visitar flores cerca de su nido. Compilando datos de dieciocho especies cultivadas, se ha estimado que en promedio una flor ubicada a 600m de un hábitat natural o seminatural recibe la mitad de visitas que una flor lindera con dicho hábitat.

 

Un paisaje heterogéneo, en el que se mezclan áreas agrícolas y naturales, puede beneficiar a los polinizadores debido a una mayor diversidad de posibilidades alimentarias y de nidificación. Resulta recomendable conservar los hábitats naturales, manejar los seminaturales (por ejemplo, los bordes de los cultivos) y promover, en general, la diversificación del paisaje agrícola (por ejemplo, mayor variedad de cultivos).

 

El cultivo de especies florales en los linderos de la huerta es una excelente estrategia para atraer polinizadores a través de la anidación, refugio y alimento que ofrecen. Aumentar la abundancia y diversidad de flores cerca de alambrados e introducir nidos artificiales o materiales para su construcción, como cañas para diversas especies de abejas del género Megachile, maderas para abejas carpinteras del género Xylocopa, o restos de hojarasca, troncos y raíces muertas para los abejorros.

 

Nota preparada por Armando García Angulo, director de APEAJAL