Los últimos 2 años han sido totalmente atípicos; la pandemia ocasionó el cierre o limitaciones en restaurantes que afectaron las exportaciones de hortalizas frescas hacia Estados Unidos durante algunos meses. Por otro lado, la agricultura ha tenido que enfrentarse a un incremento estratosférico en los precios de los fertilizantes. 

El incremento en los precios de fertilización, en el corto plazo, los rendimientos bajaron y es necesario seguir fertilizando

 

Los niveles alcanzados han sido incluso superiores a los vistos en 2008 con la crisis del petróleo. Actualmente, la tonelada de urea está rondando los mil dólares por tonelada, mientras que en diciembre de 2020 estaba alrededor de 390 dólares; más del doble de precio en menos de 16 meses. Un comportamiento similar ha tenido los fertilizantes fosforados y los potásicos. 

 

Con el incremento inicial en los precios, muchos productores decidieron bajar sus dosis de fertilización, sin embargo, observaron en el corto plazo, que los rendimientos bajaron sustancialmente y es necesario seguir fertilizando. Por ello, ahora la primera preocupación de muchos agricultores es tener suministro, pues ante la escasez, conseguir nutrientes se ha vuelto crítico. 

 

En semanas recientes, se había estado esperando que paulatinamente fueran disminuyendo nuevamente los precios de los fertilizantes; sin esperanzas de que regresaran a niveles de 2020 pero al menos que se estabilizaran. Sin embargo, con el reciente conflicto entre Ucrania y Rusia, se está acentuando la situación, pues cerca del 30% del gas usado en Europa es proveniente de Rusia y nuevamente están subiendo los precios del petróleo y del gas natural, energéticos necesarios para la producción de fertilizantes. Además, cerca del 25% del suministro europeo de nitrógeno, potasio y fosfato a empresas de fertilizantes en Noruega, proviene de Rusia; por lo que las materias primas también se están encareciendo. 

 

Un resumen de 50 mil suelos mexicanos analizados en Fertilab muestra que más del 35% de los suelos tienen arriba de 40 ppm de fósforo (Bray), por lo que tienen muy baja probabilidad de tener respuesta a este nutriente; por otro lado, más del 60% de los suelos analizados tienen más de 300 ppm de potasio, nivel al que ya no se requiere fertilizar con este nutrimento. Sin embargo, el nitrógeno es un elemento que, en general, no se puede dejar de aplicar, y para conocer si determinado suelo tiene suficiente fósforo o potasio, se debe hacer un análisis de fertilidad de suelos. Intagri tiene programado para este mes de marzo, un curso online donde se enseña al asistente a formular una recomendación de fertilización para diferentes cultivos partiendo de un análisis de suelos. 

 

A propósito de eventos online, ese ha sido otro punto al cual se han tenido que adaptar los agricultores. Las demostraciones de campo y comida fueron suspendidas en gran medida. Afortunadamente la vacunación ha permitido que los casos graves disminuyan sustancialmente y en 2022 se está observando un regreso a los eventos presenciales más acelerado, esperamos que esto sea en beneficio de la agricultura y que nos podamos ver pronto en eventos del sector. 

 

El análisis del ingeniero Jesús Arévalo Zarzo director de Intagri y colaboración para los lectores de AGRO21