¿Qué impacto tienen las bajas temperaturas en mi caballo?

MVZ. MC. Janet Ortega Chávez, Especialista en equinos

 

La temporada fresca del año dura aproximadamente 3 meses, sin embargo, el mes más frío es en enero, llegando incluso a presentarse nevadas en algunas regiones del país. Así, acompañados de días fríos y húmedos, nuestros caballos siguen trabajando o viviendo en la intemperie, pero, ¿acaso esto les afecta? ¿Deberían parar sus actividades? ¿Qué sucede con los potros? La respuesta va acompañada de algunas medidas que se deben tomar en cuenta para que nuestros animales cursen por este temporal sin sufrir cambios en su salud.

 

El impacto más fuerte para los caballos está reflejado en la ingesta de agua, por ser selectivos prefieren consumirla entre los 14°C y 17° C, es por eso que al percibir el agua fría se rehusarán a beberla trayendo como consecuencia una deshidratación, que, de no corregirse, terminará en un cólico por impactación de alimento en el intestino convirtiéndose en la causa principal de atención veterinaria. 

 

Se recomienda verificar que el agua esté siempre limpia y a temperatura razonable, de lo contrario, se podrá rellenar con agua caliente o bien colocar los bebederos en una zona expuesta al sol directo la mayor parte del día para lograr mantenerla lo más cálida posible. En algunas explotaciones prefieren tener automatizada el agua con calefacción para asegurarse de que estará templada a disposición del consumo. 

 

Preparar a nuestro caballo para los climas fríos con una buena condición corporal nos ayudará a que la demanda de consumo de calorías por regularizar su temperatura no concluya en iniciar la primavera con caballos con peso por debajo del deseado. Una dieta basada en una buena cantidad de forraje altamente nutritivo ayudará a conservar la condición corporal deseada ya que la digestión del forraje hace que se libere energía lentamente. Como suplemento, un concentrado alto en grasas y aceites será ideal para afrontar las bajas temperaturas. 

 

Otra sugerencia es adicionar electrolitos a la dieta con el objetivo de equilibrar la cantidad de líquido en el cuerpo disminuyendo el riesgo de deshidratación, además de que ayudará a fortalecer el sistema inmune para prevenir la aparición de un cuadro respiratorio comúnmente conocido como garrotillo.

 

Los signos de enfermedad respiratoria no se hacen esperar para presentarse en el temporal invernal y la única manera de prevenirlos es manteniendo en buena salud a nuestro ejemplar justo antes de la llegada de las bajas temperaturas, si se prevén climas muy extremos se puede abastecer con un techo o espacio que logre cortar las corrientes de aire intensas y por supuesto contar con un calendario actualizado de vacunación contra INFLUENZA ya que es la enfermedad respiratoria más contagiosa que causa mayores estragos tanto en la salud del equino como en el bolsillo del propietario.

 

Otro de los aspectos que podemos notar es que el caballo está listo para hacer crecer su pelaje de invierno justo después del solsticio de verano cuando los días comienzan a ser cada vez más cortos. Los mecanismos termorreguladores que utiliza el caballo consisten en cuatro grandes factores; la piel, el pelaje, las arterias y las glándulas sudoríparas, tres de ellos son responsables de mantener la temperatura corporal cálida en el clima frío es por ello que los caballos están adaptados para dominarlo. 

 

El pelo del caballo está cubierto con una sustancia grasosa, lo que ayuda a que no se moje la piel en días de lluvia o nieve. Pocos propietarios se dan cuenta de lo bien que los caballos están adaptados para soportar el frío cuando ciertos aspectos lujosos de su estilo de vida están disponibles para ellos, tales como las mantas, las cuales se sugiere utilizar solo en caso de que el caballo presente una baja temperatura corporal o comience a disminuirla, para lo que se aconseja estar al pendiente de la temperatura reflejada en las orejas del equino o uso de un termómetro.                                                                    

 

Referente a la actividad física sabemos que, los caballos prefieren el movimiento, ya que ellos naturalmente gastan alrededor de 18 hr al día caminando, así que la actividad física les agrada, además de que le ayuda a generar calor corporal  por el movimiento muscular, lo que sí hay que tener en consideración es el bañarlos después del trabajo con un clima nublado y frío ya que estar húmedo por mucho tiempo dificulta que conserve su calor y comience a bajar su temperatura exponiéndose a la hipotermia o a iniciar con un cuadro respiratorio.

 

Por último, dejamos el aspecto de la reproducción ya que es el que menos afecta, y es que fisiológicamente los ovarios de las yeguas dejan de ciclar cuando los días se vuelven más cortos, así que la cantidad de nacimientos en este temporal es mínimo, y de presentarse la llegada de un potro,  tiene la capacidad de ponerse de pie como máximo de 20 minutos tras el parto haciéndolos aptos para buscar refugio si así lo requieren, además de que su madre busca abastecer sus necesidades proporcionándoles calor corporal; nutrientes y calorías por medio de la leche y protección del intemperie por medio de su cuerpo, dejando en un bajo porcentaje de causa de muerte las bajas temperaturas.

 

AGRO21 Comunicación Rural

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