AGRO21 presenta el siguiente Podcast AGRONAUTA que conduce Tonatiuh Quiñones

 

El mundo de la agricultura enfrenta un desafío cada vez más apremiante: el cambio climático. En este contexto, los productores de arándanos, esos pequeños tesoros de la naturaleza, se encuentran en primera línea de batalla. Estas frutas, tan valoradas por su sabor y beneficios para la salud, están siendo influenciadas por las condiciones climáticas extremas que afectan su producción.

 

En esta travesía hacia la comprensión de cómo el cambio climático está impactando en la producción de arándanos y cómo los productores pueden adaptarse, nos sumergimos en un diálogo revelador con Paula del Valle, ciudadana chilena, es una experta en berries y gestión agrícola.

Paula, agrónoma con postgrados en ciencias agrarias y postcosecha de frutas, especialista en calidad de viveros frutales y programas de mejoramiento genético, lidera proyectos de innovación y postcosecha en América Latina, Europa y Asia.

 

La conversación con Paula nos permitió explorar el intrincado vínculo entre el cambio climático y la producción de arándanos. Paula hizo hincapié en la necesidad de que los productores consideren el factor climático como un elemento decisivo en sus decisiones.

 

 

Para Paula, la clave radica en anticiparse a las condiciones climáticas extremas y establecer estrategias de trabajo sólidas basadas en la experiencia y los datos.

 

«Trabajamos con seres vivos», enfatizó Paula. Al igual que los humanos, las plantas responden a las condiciones a las que están expuestas. Esto significa que el calor extremo puede cocinar las frutas y el frío excesivo puede enfermarlas.

Los productores deben comprender cómo estas condiciones afectan a sus cultivos y adaptar sus prácticas en consecuencia.

 

Paula también destacó la importancia de la resiliencia en la agricultura. En un mundo en el que el cambio climático es una realidad innegable, la capacidad de adaptación y recuperación se convierte en un activo esencial. «Debemos aprender de nuestros errores y estar dispuestos a ajustar nuestras estrategias», comentó Paula.

 

La resiliencia implica no solo ser capaz de enfrentar los desafíos climáticos actuales, sino también prepararse para el futuro. Paula señaló que los productores deben considerar escenarios en los que la escasez de agua es una realidad, y en función de ello, tomar medidas proactivas. Esto podría incluir la elección de variedades genéticas más resistentes a la sequía o la implementación de prácticas de riego más eficientes.

 

Paula del Valle también abordó la cuestión del impacto en el mercado y los precios de los arándanos debido a la escasez de oferta. Si bien Paula anticipó que el mercado podría experimentar desequilibrios temporales debido a la menor producción, también señaló que hay zonas productivas en crecimiento que contribuirán a mantener la estabilidad en la oferta de arándanos.

 

El cambio climático está generando incertidumbre en la producción de arándanos, lo que a su vez puede afectar los precios. Sin embargo, Paula enfatizó que la calidad sigue siendo fundamental. Los consumidores modernos buscan arándanos grandes, firmes y deliciosos, y están dispuestos a pagar por ellos.

Por lo tanto, la producción de alta calidad sigue siendo la clave para el éxito a largo plazo.

 

La experiencia y el conocimiento de expertos como Paula son invaluables en este viaje hacia la resiliencia agrícola. Su consejo de anticiparse, trabajar con datos y establecer estrategias sólidas es esencial para que los productores de arándanos prosperen en un mundo marcado por el cambio climático.

 

 “A medida que avanzamos hacia un futuro incierto en términos climáticos, la resiliencia se erige como la clave para mantener una producción de arándanos de alta calidad.

Los productores deben aprender de sus errores, adaptarse a las condiciones cambiantes y estar dispuestos a ajustar sus estrategias para asegurar un suministro constante de estas deliciosas frutas que tanto amamos”.