Olmo Axayacatl Bastida Cañada

*Analista, colaborador de Grupo AGRO Comunicación Rural y creador de contenidos

El 2023 representó un año complejo para la industria azucarera en México, pues quedó en evidencia la vulnerabilidad de la producción de caña de azúcar en el contexto del cambio climático, pues la sequía se tradujo en una disminución de los rendimientos, y las lluvias que se tuvieron durante diciembre en algunas regiones productoras orillaron a los ingenios a parar operaciones un par de semanas.

Además, con la llegada de 2024 la incertidumbre parece incrementar, prometiendo desafíos que podrían definir el rumbo de la industria en los años venideros. Se trata, por lo tanto, de un tiempo en el cual esta industria tendrá que echar mano de sus fortalezas, la colaboración y la resiliencia, para así afrontar con éxito estos retos.

Durante la zafra 2023/24, las perspectivas del USDA indican que México sufrirá un revés sin precedentes en su producción de azúcar, con una disminución del 15%, que traducido a volumen representarán una disminución de 4.7 millones de toneladas métricas, el nivel más bajo en la última década.

La sequía severa no solo afectó la producción cañera por hectárea, sino que también debilitó los rendimientos industriales de conversión en azúcar. Según la empresa consultora Czarnikow, especialista en este cultivo, esta realidad subraya la inevitable necesidad de México de aumentar sus importaciones de azúcar, especialmente de naciones centroamericanas como Guatemala, Honduras y El Salvador, con el objetivo de satisfacer la demanda doméstica y cumplir con sus compromisos de exportación.

El desafío se intensifica ante la reducción de las importaciones de India, un proveedor tradicional que solía cubrir más del 50% de las necesidades de azúcar importado de México. Curiosamente el gobierno indio ha prohibido las exportaciones, debido también a una disminución de la producción, y con el objetivo de garantizar la oferta suficiente para el consumo interno. Cabe mencionar que en India los rendimient

os también se han visto afectados por factores climáticos.

Es por ello por lo que México se ve en la posición de depender aún más de las importaciones centroamericanas, países que habitualmente exportan cerca de 3.3 millones de toneladas de azúcar, verán probablemente una mayor porción de sus exportaciones dirigirse hacia México este año.

Es decir, las importaciones serán cruciales, porque la disminución en la producción de caña de azúcar en México puede tener repercusiones significativas. Primero, la escasez de azúcar es una consecuencia directa y preocupante. Cuando la oferta de azúcar en el mercado nacional tiende a disminuir, se da un aumento en los precios debido a problemas de abastecimiento. Este fenómeno no solo afecta a los consumidores finales, sino que también puede perturbar la operación de todas las industrias que dependen del azúcar como materia prima.

Más allá de estas cifras y tendencias, la caña de azúcar representa mucho más que un cultivo comercial para México. Es un pilar fundamental de la economía rural y una fuente vital de empleo e ingresos para miles de familias. En estados como Veracruz y Jalisco, que se destacan

como los líderes en la producción de caña, esta industria no solo impulsa la economía local, sino que también sostiene el tejido social en muchas comunidades.

En el caso de Veracruz, contribuye con cerca del 40% de la producción nacional, gracias a la intensa actividad en sus 18 ingenios. Por su parte, Jalisco es actualmente el segundo productor, con una producción superior a los 7 millones de toneladas y siendo cultivada en alrededor de 1,700 hectáreas.

Ante este complejo panorama, la industria azucarera mexicana se encuentra en un momento de reflexión y acción. La capacidad de adaptarse, innovar y encontrar soluciones sostenibles será crucial para superar los obstáculos y garantizar que la dulzura de la caña de azúcar siga siendo un pilar del agro en México.

Enero: La zafra sumaba 938 mil toneladas de azúcar

Con cifras al 13 de enero de 2

024, publicadas por la Unión Nacional de Cañeros, la producción nacional de azúcar alcanzó 938 mil 846 toneladas, quedando 364 mil 742 toneladas por abajo del ciclo 2022/2023 (29.92%). La Caña Molida Bruta, por su parte, alcanzó 10 millones 658 mil 312 toneladas, 2 millones 645 mil 768 toneladas menor al ciclo previo y 12.48% menor al estimado de producción de caña a la misma fecha.

De la producción azucarera referida, se observa que, con relación a la zafra 2022/2023, 11 Ingenios han molido más caña, 9 Ingenios han producido más azúcar y 1 Ingenio tienen un mejor rendimiento de fábrica. Así mismo, se han industrializado 145 mil 237 hectáreas, con un rendimiento en campo de 73.386 toneladas de caña por hectárea, 0.301 toneladas de caña por hectárea mayor al ciclo previo.

Los 5 ingenios con mejor rendimiento en campo (ton caña/ha), en la presente zafra, son:

1.- Tamazula 126.118,

2.- Atencingo 111.035,

3.- Melchor Ocampo 109.913,

4.- Pujiltic 105.479 y

5.- Casasano “La Abeja” 103.071.